
Un Perú en emergencia sanitaria, en plena cuarentena obligatoria y cierre de fronteras, extremas medidas para detener el avance del COVID-19. Además de decretar el aislamiento domiciliario, el Gobierno postergó el inicio del año escolar, que estaba previsto para el 16 de marzo, hasta el 30 de marzo. Finalmente, el 6 de abril empezaron las clases de manera virtual para los colegios, institutos y universidades.
Dadas las circunstancias, la educación virtual se presenta como la alternativa que mejor puede adaptarse a las medidas preventivas de confinamiento decretadas por muchos de los gobiernos del mundo, puesto que abre todo tipo de posibilidades para el aprendizaje desde casa; ya sea para adquirir nuevos conocimientos en todo tipo de áreas, o para continuar con el proceso formativo iniciado en instituciones que, ante la amenaza de contagio, ya no pueden ofertar clases presenciales.
Aunque los expertos en virtualidad daban por hecho que la revolución de la educación de la mano del canal ‘online’ iba a darse más pronto que tarde (un camino similar al recorrido por el e-commerce), las plataformas dispuestas para ello viven por estos días un ‘boom’ que permiten afirmar que la educación virtual a esta escala llegó para quedarse.
Al respecto, Casilda Güell, decana de OBS Business School, afirma que “con la crisis actual por causa del coronavirus, esta revolución se ha acelerado y las instituciones educativas se apresuran para la transformación digital de sus contenidos. “Si bien la formación presencial y ‘online’ tienen planteamientos y enfoques diferentes, es posible afirmar que los recursos en la educación virtual son mucho más amplios. Y es que la educación ‘online’ tiene la gran virtud de poner a disposición todo tipo de recursos tecnológicos al alcance de un ‘clic’. De la misma manera en que este tipo de formación requiere un compromiso y disciplina mayor por parte del estudiante, el docente deberá usar todo su ingenio y creatividad (elementos comunes en el quehacer diario de cualquier maestro) para pensar en contenidos y metodologías de aprendizaje más allá de los textos escolares”, señala Güell.
Por su parte, Francisco Recio Muñoz, docente del Máster de Tecnologías de la Información y la Comunicación Aplicadas a la Educación y de los Grados de Educación Infantil y Primaria de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), explica que la gran virtud que tiene la educación ‘online’ es que permite llegar a una gran cantidad de personas solo a través de una conexión a internet. “Para aquellas instituciones que se han visto obligadas a migrar a lo virtual, la recomendación es no querer incluir en nuestra aula virtual o plataforma todo lo que se nos ocurra, pues muchas veces menos es más. Se deben planificar sesiones de corta duración, por ejemplo, videoconferencias con los estudiantes para dar instrucciones relacionadas con las actividades que se van a trabajar en la semana. Luego, realizar un seguimiento a través de los canales de comunicación del campus virtual (foro, consultas, correos electrónicos, entre otros)”, advierte Recio Muñoz.