
En primer lugar, hay que partir de que la educación virtual transcurre en un ambiente de independencia y autonomía. Por tanto, la correcta distribución del tiempo del estudiante es un aspecto fundamental, lo que conlleva a crear un horario con horas lectivas, de estudio y de ocio en su justa medida que posibiliten una experiencia enriquecedora.
“En OBS Business School planteamos la educación ‘online’ como flexible en espacio, pero no en el tiempo. Así, se debe organizar la estructura de las clases y los calendarios con mucho más rigor, además de tener un ‘planning’ con las actividades de cada módulo antes de empezar cada asignatura. Se deben ofrecer clases magistrales, debates, recursos obligatorios y optativos, así como actividades de evaluación continua. El ‘feedback’ o seguimiento es muy importante”, señala Casilda Güell.
A su vez, añade que hay que tener en cuenta que se debe capacitar a alumnos y profesores en el manejo de las plataformas virtuales desde el inicio y no sobre la marcha, esto permitirá disponer de más tiempo para actividades académicas y no en busca de soluciones a inconvenientes técnicos.
Por su parte Recio Muñoz afirma que es recomendable disponer en casa de un espacio propio. Intentando que no haya muchas interrupciones o ruido, que esté bien iluminado y disponga de las cosas que necesitaremos a diario. “En la medida de lo posible, debemos emplear herramientas tecnológicas que hagan más efectiva nuestra gestión (seguimiento de tareas, calendario, comunicación, etcétera). Es muy importante realizar pausas activas cada cierto tiempo, donde podamos realizar ejercicios para reactivar nuestra energía o corregir una mala postura”, señala el docente de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).